Las lentejas

Las lentejas

Un día estaba Diógenes sentado en el umbral de una casa cualquiera y comiendo un plato de lentejas.

No había nada en toda Atenas más barato en comido que el guiso de lentejas.

Dicho de otra manera, comer guiso de lentejas esa definirse en un estado de la mayor precariedad.

Pasó un ministro del emperador y le dijo:

  • ¡Ay, Diógenes!, si aprendieras a ser más sumiso y adular un poco al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas…

Diógenes dejó de comer, alzó la vista y, mirando profundamente al adulador interlocutor, le dijo:

  • ¡Ay de ti, hermano! Si aprendieras a comer un podo de lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.

“Cuentos que sanan” de J.C.Bermejo

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