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¿Dónde podría esconder la lotería? Igual le pido a mi madre que me la guarde, con la excusa de que lo suelo perder todo… Mejor no, que puede sacar el tema delante de Eva y ya la tenemos.

Hace dos años que todo se lo come el piso.  No hay día que no me arrepienta de que nos metiéramos en la hipoteca. Más bien que Eva se metiera en ella, porque bien que me lo echa en cara, que es la que más gana.  Por eso ella se puede ir a cenar con sus amigas y yo tengo que comprar la lotería a escondidas.

Tengo paga como un niño pequeño, me asigna un dinero y controla hasta el último euro que gasto. ¡Tanto ahorrar y ahorrar! Muchas veces he pensado en hablarle de este tema, pero es que no sé muy bien cuál es la solución. Quizás si yo tuviera un trabajo fijo…sería más fácil. Bueno, más fácil sería si me tocara la lotería. ¡Eso sí que sería estupendo!

Mi hermano ya se ríe de mí. El otro día fuimos a tomar algo y al ver que tenía dos monederos me preguntó:

  • ¿Y eso? ¡Dices siempre que no tienes ni un duro y andas con dos carteras!
  • Es que una es para guardar el dinero que me da Eva y la otra la utilizo para ahorrar y gastármelo en lo que quiera –le respondí.
  • ¿Cómo?- Preguntó mi hermano asombrado.
  • ¿Hay que explicártelo todo? Mira en esta tengo 20€ y ahora cuando pague mi café tendré 19€. Pero a Eva le diré que te he invitado y así me ahorraré 1€ que voy metiendo en el otro monedero. Y cuando quiero comprarme algo sin que ella se entere, pues lo pago con los ahorros de este monedero – le aclaré.

ima01Me explica que lo que hago no es normal, que tengo que hablar con Eva. Pero cuando intento hablar con ella…el problema es que me intimida. Es que encima es muy lista, y siempre tiene argumentos que me dejan sin palabras. Y ella lo sabe, me lo dice casi todos los días:

  • ¡Ay Javi, no sé qué pude ver en ti!

Y lo cierto es que aunque lo dice de broma, me da rabia que ella sea tan inteligente, con su súper puesto de jefa de no sé qué cargo. Eso por no hablar de lo guapa que es. Aunque Claudia, la del tercero, también es muy guapa y la tengo en el bote, vamos que cuando quiera…

Eva es mucha Eva, ¡pero me gusta, eh! Entenderme, me conquistó desde el primer día, lo que pasa es que no me gusta sentirme tan poquita cosa y encima depender de ella económicamente.

¡Si por lo menos me tocara la lotería!

Es que a veces parece que no me necesita para nada. El otro día mismamente discutimos por este motivo:

  • Por lo menos mientras estás en paro podrías tener la cena lista- me dijo enfadada.
  • ¡Oye, que yo no soy tu esclavo eh!- me enfadé yo también- ¿Quién te crees que ha lavado hoy la ropa? Y he planchado y he limpiado el baño, es que sólo te fijas en lo que quieres –añadí.
  • Yo lo digo para que hagas algo, que yo ya sé hacerme la cena- me dijo más tranquila.
  • Sí, sí, ya sé que no me necesitas para nada- le respondí yo algo triste.

A veces me parece una bruja, sobre todo con el tema del dinero. ¡Es que vamos a ver dónde escondo yo ahora el décimo!

Autora: Miriam Tejeda Gómez

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