La prisión del odio
Dos hombres habían compartido injustamente una prisión durante largo tiempo. En ella recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones. Después de algunos años de libertad, volvieron a encontrarse, y uno de ellos le preguntó al otro:
- ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
- No, gracias a Dios, ya lo olvidé todo – contestó –. ¿Y tú?
- Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas.
Su amigo le miró unos instantes; y luego le dijo:
- Lo siento por ti. Si es así, significa que aún te tienen preso.
“Cuentos que sanan” de J.C.Bermejo